
Así como la
medicina que se ocupa del ser humano, la que se orienta excluyentemente a los
animales dispone de una larguísima historia también y tiene que ver justamente
con la relación histórica y tan antigua entre hombres y animales.
Con el correr
de los años y gracias a la introducción de nuevas tecnologías y el desarrollo
de terapias, la Medicina Veterinaria logró crecer y fortalecerse notablemente.
Tampoco
podemos soslayar que la fantástica difusión de las mascotas, como perros y
gatos, contribuyó en el crecimiento mencionado, porque al ser la mascota un
miembro más de la familia que se enferma y requiere de cuidados, aumentó muchísimo
la demanda de consultas.
Cabe
destacarse que hoy día la Medicina Veterinaria se ocupa también de controlar
los alimentos y los centros sanitarios en los cuales se atienden a los
animales, de prevenir la zoonosis, que es el contagio de cualquier enfermedad
que padecen los animales y que pueden contagiarse las personas, de estudiar y
predecir el comportamiento que se espera de tal o cual animal y asimismo de
mejorar los rendimientos de los animales y de la ganadería productiva.
Por otra
parte, la Medicina Veterinaria se erige en una estrecha colaboradora de la
Medicina Humana a la hora de la preparación de vacunas y de sueros y en todo
aquello inherente al cuidado del medio ambiente y su equilibrio, por ejemplo,
defendiendo la salud de los seres humanos, vigilando y previniendo enfermedades
animales que puedan afectarlos también y por otro lado las que afectan a los
mismísimos animales y que pueden causar en aquellos casos más extremos la
desaparición de la especie.
Al
profesional que ejerce esta disciplina se lo denomina como veterinario y para
ejercer la misma se le exige haberse recibido conforme en la carrera de
Veterinaria.
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